Pequeña Historia Absurda (de como empezar a odiar F.R.I.E.N.D.S.)

Hagamos gala de la imaginación que nos han regalado.

Imagina que te cagas por ella (o él, depende de tu orientación sexual, la cual como es desconocida por mí, tiene que ser generíca, lo que en este caso el "ella" debería ser reemplazado por "aquel ser que te causa estragos en aquello que los vomitantemente románticos decimos es el corazón").

Imagina que estas en su casa, compartiendo el momento haciendo algo (ese algo circunstancial es, sin embargo, placentero para ambos, o al menos de esa manera lo percibes tú).

Imagina que hay un reloj de pared al que pueden acceder sin siquiera levantarse del sitio (esto es fácil de imaginar, bastará con levantar la mirada, girar la cabeza o, según la definición del "algo" anteriormente descrito, no necesitarás mover nada sino simplemente abrir los ojos).

Imaginala (a ella) exclamando (con su "dulce voz") que "ya es la hora", que " como se pudo olvidar", que la-puta-madre y ya.

Imaginate a tí mismo en pleno acto de felicidad interrumpido mientras ella rauda y veloz corre hacia la T.V., la enciende y busca con un deseo inentendible (para tí) el canal respectivo donde pasan la serie F.R.I.E.N.D.S.

Por suerte no fueron
The Simpsons,
Married with Children o
The Sopranos.