Los muertos

Lo peor de los muertos es que me rodean.
--
A veces he creido que yo mismo los asesiné.
--
Entonces (¡mierda!) no son muertos sino asesinados.
Y la carne de sus cuerpos aún la recuerdo, y aún la recuerdo, y aún.
--
Entonces esos muertos... Lo peor de ellos es que no me buscan.
--
Y entonces me lanzan escupitajos y yo digo, ¡gracias!
--
Y quiero armar esa extraña sesión de espiritismo y hablar con los muertos, pero los muertos no hablarán conmigo de puro resentimiento.
--
Creo.
CREO que se olvidan que yo también estoy muerto. Y mis lágrimas se están secando.
Más sin ellos no existo.
--
Reúno tierra para sus tumbas, pero ellos salen y rechazan. Y sus recuerdos no me dejan. Y no puedo hacer nada por ellos. Y me sigo sintiendo culpable.
- Rajá muerto mugroso - les digo -.
Y ellos inteligentísimos no me responden.
--
Ahora no tengo fuerza para esto más, y deseo ser un muerto más, porque así es más fácil. Y más fácil es mejor.