Un post más o menos serio. (Más o menos aburrido.)

Muchas cosas me preocupan últimamente. Muchas de esas cosas son personas que con el pasar de los días se quieren volver un extremo (deseable/indeseable). Es muy probable que yo sea el provocador de tales extremistas novatos. ¿Quién podría afirmarlo?

Ahora, son pocas las situaciones que me hacen sentir BIEN, no tanto porque el resto me malogre el día, pero simplemente ya no causa efecto en mí. A saber:

1. Viajar en Combi/Couster. Realmente detestable. Peor ahora que mis viajes no son los suficientemente largos para leer algún libro.
2. Almorzar con mis amigos de la chamba. Es agradable, pues nos jodemos, reimos, conversamos, rajamos, alucinamos y renegamos. Hasta parecemos amigos de años.
3. Rutina de STEPS en el gym. Quien lo diría. Pero la verdad es esa, las coreografías y saltos me hace sentir bastante bien.
4. Conversar horas con Ale (a.k.a. mi enamorada). Nunca nos aburriremos... espero.
5. Jugar DOTA en la chamba. ¡Me relaja... mucho!
6. Estar en el messenger. No es un suplicio, pero de un tiempo a esta parte ciertos mensajes han sido peor que piedras en la frente.
7. Cine. Estoy viendo la mayor cantidad posible y me encanta.
8. TV. Sólo lo indispensable. Mis años te TV adicto murieron en mi adolescencia.

Y ahora me toca pensar, ¿que más viene después? ¿Qué más sucede ahora? No lo sé, solo sé que sigo mis instintos, no planeo mucho el día a día y espero hacer las cosas lo mejor posible. Estoy a puertas de enfrentar mi último, asqueroso y repudiable ciclo de universidad de una carrera que no me excita ni me colma, que en muchos casos me llega al pincho y que pide más esfuerzo del que estoy dispuesto a otorgar. (¿Quién inventó eso de que el esfuerzo vale la pena para conseguir lo que quieres?)

Quisiera estar más hedonista que ayer, pero no me sale. Aún me preocupo por las cosas, las personas, las situaciones, los lugares. Y por mí, claro está.

Por el momento, a seguir viendo adelante entonces. La luz en lugar tenebroso no es para mí, pues prefiero la aventura de explorar a ciegas. Pero ya vendrán tiempos mejores. O al menos diferentes, que es por lo único que rogaría en este momento.